Matanzas te quiero entera,/ con tus puentes por sanar,/ donde se te abraza el mar/ y sube el río la acera,/ sé que en tu esencia sincera/ siempre habrá versos prolijos,/ no temo a tus acertijos,/ me confieso tu rehén,/ y quiero que seas también/ regazo para mis hijos.
Carilda
Ximena Cabral no fue la misma mujer porque encontró en los versos sublimes de Carilda Oliver Labra el reencuentro consigo misma.