José Martí desplegaba una amplia actividad política vinculada con los emigrados, con el propósito de mantener encendido el fervor revolucionario. Las masas trabajadoras fueron la base ideológica que contribuyó a que el Apóstol se convirtiera en el jefe político de la revolución, al difundir su pensamiento político por medio del Partido Revolucionario Cubano (PRC).