5 de noviembre de 2024

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Cumple 98 años la luchadora sindical CNOC

“La primera central sindical cubana contribuyó decisivamente a la forja de la unidad, la elevación de la combatividad y de la conciencia de clase de los trabajadores".

 

CNOC
Tres figuras emblemáticas de la CNOC: Alfredo López, Rubén Martínez Villena y Lázaro Peña.

Paradojas de la historia: a solo tres meses del ascenso al poder de Gerardo Machado, quien en visita a Estados Unidos les había prometido a los magnates yanquis que bajo su Gobierno “ninguna huelga en Cuba duraría más de 24 horas”, los trabajadores crearon su primera central sindical nacional.

Se trata de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC), constituida en el III Congreso Obrero efectuado en Camagüey del 2 al 7 de agosto de 1925, hace hoy 98  años, relata una estudiosa del tema como la periodista Alina Martínez Triay, subdirectora editorial del periódico Trabajadores.

“A ese histórico momento, narra, asistieron delegaciones de 82 organizaciones y se adhirieron otras 46. Un hecho singular de la apertura fue la elección como presidenta de la sesión a la única mujer participante en el cónclave, Juana María Acosta, representante, junto con el destacado luchador proletario Alejandro Barreiro, de la delegación de la Unión de Obreros de la Industria de la Cigarrería en General”.

A su juicio, un papel destacado en la creación de la CNOC lo desempeñó el líder gráfico Alfredo López, con su intensa labor unitaria desde los inicios de la década de los años 20 al frente de la Federación Obrera de La Habana.

“Prácticamente el único punto de la agenda del III Congreso fue la creación de la organización sindical, además de discutirse cuestiones doctrinales, tácticas y modalidades de lucha. No obstante, se adoptaron acuerdos como la exigencia de la jornada de ocho horas, seguros contra accidentes del trabajo y medidas de protección de la mujer y el niño.

“Se puso de manifiesto la solidaridad con los compañeros presos, la condena a la expulsión por el Gobierno de los luchadores sindicales extranjeros, el combate contra el infame tráfico de inmigrantes antillanos por parte de las grandes empresas azucareras y la necesidad de organizar al proletariado azucarero, el más numeroso y explotado de la nación”.

Cuenta Martínez Triay que el comité ejecutivo de la CNOC quedó integrado por dirigentes representativos de las diversas corrientes ideológicas prevalecientes en el movimiento sindical y como secretario general fue electo David Ante, del sindicato de escoberos, luchador obrero muy cercano a Alfredo López.

Por sus formidables dotes organizativas López  llegó a convertirse en el alma de la Confederación, hasta su asesinato en julio de 1926.

“La primera central sindical cubana contribuyó decisivamente a la forja de la unidad, la elevación de la combatividad y de la conciencia de clase de los trabajadores. En sus inicios fue objeto de la más brutal represión y logró recuperarse bajo la dirección de quien por su condición de abogado fungía como asesor legal, Rubén Martínez Villena, pronto reconocido como su dirigente máximo”.

Recuerda que con la conducción de Martínez Villena y la del Partido Comunista se produjo la primera gran acción de masas contra la dictadura, la exitosa huelga general por 24 horas de marzo de 1930, que involucró a más de 200 mil obreros y empleados.

“Amenazado de muerte, Villena tuvo que abandonar el país, pero la lucha no se detuvo. En su ausencia se logró la constitución del Sindicato Nacional de Obreros de la Industria Azucarera.

«Cuando en 1933 una huelga iniciada por demandas económicas adoptó carácter político, Villena, que había regresado a la patria a entregar a su pueblo las últimas energías de su organismo quebrantado por la enfermedad, lideró junto al Partido el potente movimiento popular que el 12 de agosto derrocó al machadato”.

Con una tristeza difícil de esconder, Martínez Triay lamenta que a  “Rubén apenas le alcanzaron las fuerzas para organizar el IV Congreso de Unidad Sindical, realizado en enero del siguiente año, evento que coincidió con su muerte”.

Manifestó que en el referido Congreso participó el que ya despuntaba como futuro líder de los trabajadores cubanos, quien asumió la secretaría general de la Confederación en 1935: Lázaro Peña.

“Tocó a Lázaro la ardua tarea de encabezar la reconstrucción del movimiento sindical, desarticulado a partir del aplastamiento sangriento de la huelga de marzo de ese año. Ese proceso culminó en enero de 1939 con la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC). En ese momento su digna antecesora, la CNOC, dio por concluida su misión histórica”.

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