13 de diciembre de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

30 de noviembre: ecos de un alba rebelde

Provistos de su uniforme verde olivo y el brazalete rojinegro del Movimiento 26 de Julio, aquellos héroes, encabezados por Frank País García, se enfrentaron con notable arrojo a la superioridad armamentística y la brutal represión del ejército batistiano.

El 30 de noviembre de 1956 un grupo de jóvenes escribió una de las más memorables páginas de nuestra historia. En aquella jornada el terruño santiaguero fue testigo de la concreción de un sanguinario levantamiento armado que resonó en el país y marcó el comienzo de una nueva era de resistencia contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Este audaz alzamiento, concebido bajo las órdenes de Fidel Castro Ruz, pretendía desestabilizar al régimen mediante un clima de insurrección generalizada, en apoyo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma, zarpados de México cinco días antes para unirse a la gesta. La estrategia contemplaba la neutralización de las tropas acantonadas en el Moncada y el acopio de armas mediante el ataque a las Policías Marítima y Nacional, así como a una armería enclavada en la plaza Dolores, de Santiago de Cuba.

Provistos de su uniforme verde olivo y el representativo brazalete rojinegro del Movimiento 26 de Julio, aquellos héroes, encabezados por Frank País García, se enfrentaron con notable arrojo a la superioridad armamentística y la brutal represión del ejército batistiano. El objetivo era generar un efecto dominó, incitando levantamientos simultáneos en otras regiones de la Isla. De hecho, el alzamiento tuvo réplicas en Palma Soriano, Guantánamo, Las Tunas, Baire, Manzanillo, Pinar del Río, entre otros puntos, mediante sabotajes, incendios y otras iniciativas insurrectas.

Sin embargo, el embravecido mar dificultó la oportuna llegada de los rebeldes del Granma y aquella turba libertaria, que habría de esperar el desembarco para efectuarse, precipitó su ejecución ante la falta de comunicación entre los guerrilleros, y el enemigo, ese que no dudó en arrebatar la existencia a José «Pepito» Tey, Antonio «Tony» Alomá y Otto Parellada, socavó él éxito del plan inicial.

En un poderoso combustible para la Revolución cubana se convirtió esta inmortal epopeya acaecida en la Ciudad Héroe, una ejemplar hazaña que nuevamente demostró el patriotismo y denuedo del pueblo y enrumbó su vigorosa pugna emancipadora hasta aquel enero de 1959 cuando finalmente se consolidó la victoria.

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