Casa de las Américas: un puente cultural entre Cuba y la Patria Grande
Bajo el auspicio de la heroína del Moncada, Haydée Santamaría Cuadrado, el 4 de julio de 1959 vio la luz en La Habana una institución que, además de dar voz a la intelectualidad revolucionaria cubana, se ha consolidado como una plataforma de significativo impacto para el intercambio cultural entre la Isla y las naciones latinoamericanas.
En un contexto donde los cimientos de la incipiente Revolución comenzaron a gestarse y los gobiernos del continente, a excepción de México, rompieron sus relaciones con Cuba, el edificio de la antigua Casa Continental de la Cultura, acogió el nacimiento de Casa de las Américas en un magno acto inaugural presidido por el entonces ministro de Educación, Armando Hart Dávalos.
Desde ese momento, Casa de las Américas funge como centro neurálgico para el desarrollo sociocultural en el orbe gracias a sus iniciativas para la promoción del talento de literatos y artistas por medio de publicaciones, concursos, premios y residencias, su impulso a la investigación y estudio de la cultura latinoamericana y caribeña y su defensa cabal de la identidad y diversidad cultural de cada nación.
Entre sus más cimeras iniciativas sobresalen la inmensa colección bibliográfica que exhibe su reconocida biblioteca, la multidisciplinaria, integral y colaborativa labor del denominado Centro de Estudios del Caribe, el meritorio quehacer comunicativo de su revista de letras e ideas homónima y su notable difusión del empoderamiento y protagonismo de las féminas cubanas y latinoamericanas.
A lo largo de sus 65 años de existencia ha ensalzado el accionar de distinguidos escritores, artistas plásticos, músicos, teatristas y estudiosos de la literatura, las artes y las ciencias sociales, destacando además por su papel preponderante en la construcción de una identidad latinoamericana y la lucha contra el colonialismo y la hegemonía cultural y su adaptación a los nuevos tiempos y desafíos del contexto global actual, así como por su visión crítica y transformadora, siempre atemperada a la realidad de los pueblos de la Patria Grande.
