La institución de la Reforma Constitucional en Cuba (I)
La urgencia de blindar, ampliar y modernizar en derechos, institucionalidad y prácticas ciudadanas, los logros y estructuras civilizatorias alcanzados en Cuba, de garantizar y robustecer las relaciones de los ciudadanos con el Estado y el control de las actuaciones públicas de los funcionarios, corren en paralelo con el desarrollo, expansión y socialización de la idea democrática y de justicia que la República y el Socialismo han reivindicado en nuestro país históricamente, pero también con necesidades de legitimación y construcción de consensos políticos y sociales muy específicos y la creación de una cultura política popular fuertemente impregnada del papel de la Constitución como articuladora de la vida política del país.
¿Qué es una reforma constitucional? ¿Qué implicaciones prácticas conlleva la realización de una? ¿Qué alcance tendría en el caso cubano?
Ningún cambio que ataña a la Constitución puede estar atado a tecnicismos, pues se trata de una institución política. La Constitución no son las Sagradas Escrituras, las normas jurídicas están sujetas a circunstancias históricas concretas y la complejidad del momento que vive la sociedad cubana no puede ser obviada a la hora de pensar, proponer e introducir algún cambio en la Constitución. Así ocurrió al crearla, en 1976, cuando hubo que hacer una ajustada a la realidad del contexto creado por la Revolución, que representó un cambio radical respecto al pensamiento constitucional hasta entonces existente en el país.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la supremacía de la Constitución cubana es, más allá de la coyuntura actual, un imperativo político que gravita cada vez más sobre la coherencia, funcionabilidad y posibilidades de reproducción del sistema político, económico y social que establece la propia Constitución en tanto pacto social. Este es un elemento que no siempre se valora lo suficiente, o se subestima, a consecuencia de la escasa importancia que ha tenido hasta hoy la Carta Magna cubana en nuestra cultura política y praxis institucional.
- Doctor en Ciencias Políticas. Profesor Consultante.