Bonifacio Byrne: nace un poeta
Un 3 de marzo de 1861 nacía en Matanzas Bonifacio Byrne, poeta y dramaturgo cubano, cuya obra arrojó exaltaciones independentistas con sus patrióticos versos. Primer Poeta Nacional cubano.
En 1890 fundó los periódicos La Mañana y La Juventud Liberal. Su posición política a favor de la independencia de Cuba lo llevaron a emigrar hacia Estados Unidos. No obstante, en el exilio prosiguió sus actividades fundando en Tampa el Club Revolucionario.
La salida en Filadelfia de su libro Efigies, donde le cantó a Carlos Manuel de Céspedes, a Ignacio Agramonte, José y Antonio Maceo y a Calixto García, dan fe de la labor de quien se ganó el sobrenombre de “Poeta cantor de la Libertad”.
En esa etapa escribió para periódicos como Patria y El Porvenir. El 3 de enero de 1899 embarcó en un vapor de regreso a Cuba. Llegó a La Habana el 4 y el poema Mi Bandera lo escribió ese mismo día en la calle Jesús María No. 9, en Guanabacoa, en La Habana. Se publicó por primera vez el 5 de mayo de 1899 en su provincia natal.
Aunque Mi bandera es su poema más conocido, Byrne es además autor del poema La Enmienda Platt, escrito en 1903, y de obras como sus libros poéticos Excéntricas (1893), Efigies. Sonetos patrióticos (1897) y Poemas (1903). Escribió también teatro, con piezas como El anónimo (1905) y Rayo de sol (1911). En 1909 creó el periódico El Yucayo.
Colaboró en La Primavera, El Ateneo, Diario de Matanzas, El Fígaro y La Discusión. Fue declarado Hijo Eminente de Matanzas en 1915 y ese mismo año se trasladó a Nueva York para reponer su quebrantada salud. Bonifacio Byrne falleció un 5 de julio de 1936, a los 75 años, en su ciudad natal, en una república mediatizada y no independiente como soñó.
La poesía del matancero Bonifacio Byrne quedó ligada a la Revolución Cubana cuando el Comandante Camilo Cienfuegos leyó los últimos versos de su poema Mi bandera frente a una concentración popular en los primeros días después del triunfo.
«Si deshecha en menudos pedazos / llega a ser mi bandera algún día…/ ¡nuestros muertos alzando los brazos / la sabrán defender todavía!», leyó emocionado Camilo. Quiso el destino que después de su desaparición física él y los combatientes caídos a lo largo de la historia permanecieran defendiendo Cuba.
Cuando se cumplen 162 años del natalicio del poeta matancero constituye un reto necesario que las generaciones que van surgiendo conozcan su obra y el legado obsequiado desde las letras a Matanzas, a Cuba.
Mi bandera
Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada y sombría,
afanoso busqué mi bandera
¡y otra he visto, además de la mía!
¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
¡Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste… !
Con la fe de las almas austeras,
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!
En los campos que hoy son un osario
vio a los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.
Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde;
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!
En el fondo de oscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve…
¿No la veis? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz, cuando más solitaria.
Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.
Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el Sol, con su lumbre,
la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!,
en el llano, en el mar y en la cumbre.
Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día…
¡nuestros muertos, alzando los brazos,
la sabrán defender todavía!