El abrazo del Royalton Hicacos
Más de dos décadas después de haber nacido, Royalton Hicacos continúa siendo casa, hogar, abrazo, destino


Hay hoteles con tanta alma, que son casa, hogar, abrazo. El Royalton Hicacos es eso para los cientos de clientes que cumplen el sueño de alojarse en él.
Solo así se entiende ese filing entre hotel y vacacionistas, ese sentimiento para venir una y otra vez, incluso, de muy lejos, a repetir la experiencia de ocio, al sol, a la playa, a ese destino de royaltoneros, hoy de fiesta.
Son 23 años de aquel 19 de octubre de 2002 de un Sandals Royal que nació con los genes del triunfo y como buena carrera de relevo doce años después pasó el batón al Royalton Hicacos para mantener la vocación de éxito, y mejor que eso, encumbrarla.
Fue en 2014 cuando la canadiense Blue Diamond se hizo con la operación. Solo cambió la cadena, la esencia no, porque esté quien esté al mando, un hotel, un hotel son sus trabajadores. “Sin ellos nada es posible”, una frase recurrente en Amaurys Echavarría, el secretario general del buró sindical, para ilustrar la confianza en su gente, en esa sed cotidiana por la victoria, por la gestión de la calidad, por hacer bien las cosas, porque a fin de cuentas el huésped siempre sube la varilla, pero el Royalton Hicacos puede. Está acostumbrado a los grandes saltos, aunque no hay gloria sin obstáculos.

Si alguien tuviera dudas, ahí están sus resultados como testigo y como acotación: no hay instalación mixta que lo supere en cantidad de premios, ni nacionales, ni foráneos. Mucho menos en condecoraciones.
El Royalton es el campeón del turismo en Cuba, lástima que al monarca le siga faltando una medalla. Esa presea le toca, porque todos los días la conquista en ese complicado maratón que es hacer turismo en Cuba. Yo no pierdo las esperanzas. Ojalá para el cumpleaños 24, o el 25, paguen allí las “utilidades”… Ojalá. Yo seguiré insistiendo… Sería un buen regalo, digo, un derecho.
Mientras tanto, el Royalton Hicacos está de cumpleaños, de agasajos a fundadores y de agradecimiento a los que dejaron huellas allí y a los que hoy lo hacen, dice Amaurys, con el orgullo de su “colectivo de royaltoneros. Sin ellos nada es posible”, repite el dirigente sindical.
Más de dos décadas después de haber nacido, Royalton Hicacos continúa siendo casa, hogar, abrazo, destino.
Fotos: Del Facebook del hotel Royalton Hicacos.
Aunque no lo mencionan en el artículo, si hay constancia gráfica, sostiene el Premio del Barrio, otorgado por los CDR. Los resultador históricos del Royalton son inseparables del actuar de su también histórico secretario del Partido, aunque ya no lo sea, por razones determinadas. Honor a su trayectoria y entrega.