Fidel Castro fue un pensador adelantado del Sur, de ese Sur político, del Sur de los oprimidos, del pueblo irredento, como señaló magistralmente en su enfrentamiento al fiscal de la tiranía en el juicio más trascendental de la historia republicana de Cuba en el siglo XX; el juicio de los colonizados que todavía hoy, en disímiles circunstancias, pujan por su emancipación.