Celia, mi mejor regalo
Celia, mi mejor regalo da título al volumen de Eugenia Palomares Cereales, una de los niños huérfanos de guerra que Celia Sánchez Manduley acogió en la Sierra Maestra y que tras el triunfo de la Revolución trasladó a La Habana, dio abrigo y educación.
Eugenia Palomares cuenta en el texto qué sucedió con ella junto a Celia, su madre de crianza.
Da a conocer a la guerrillera por dentro y desde adentro, con la intención de que los lectores sientan como suyos el beso cariñoso a la niña arisca, la mirada dulce de Celia ante sus progresos de pequeña y la profundidad del carácter de la tutora, cuando el regalo o el castigo fueron necesarios.
Celia Sánchez Manduley fue y es: modestia, sensibilidad y alegría.
Nacida en Media Luna, el 9 de mayo de 1920, se nutrió de la sabia de su tierra natal, cuna de hazañas mambisas y batallas del despertar revolucionario, condiciones que forjaron el temple de la combatiente del llano y de la Sierra Maestra.
Fundadora y dirigente del Movimiento 26 de Julio, el que consolidó en varios lugares, apoyó el desembarco del Granma, recogió armas y envió las primeras botas al naciente Ejército Rebelde.
Por su vida íntegra, su humanismo, su lealtad sin límites a Fidel, es considerada «la más hermosa y autóctona flor de la Revolución».
Homenaje a Celia Sánchez Manduley en el 104 aniversario de su natalicio.