9 de diciembre de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Félix Varela multiplicado en muchos hombres

De Félix Varela  todos aprendimos algo; aunque de pequeña no entendí al instante el hecho de que aquel sacerdote distinguido, cuyo nombre llevaba mi escuela primaria, fuera el primero en enseñarnos en pensar.  

De Félix Varela  todos aprendimos algo; aunque muy pequeña no entendí al instante el hecho de que aquel sacerdote distinguido, cuyo nombre llevaba mi escuela primaria, fuera el primero en enseñarnos en pensar.

Esa mirada firme en su rostro austero y cándido acompañó las primeras lecturas en el intento de interpretar su biografía cuando a mis manos llegó uno de esos impresos que por aquel entonces repartían a los niños en el catecismo. Más tarde fue cuando comprendí que en efecto la determinación detrás de aquella expresión en su retrato hablaba de un hombre que además era capaz de llevar hasta las últimas consecuencias su pensamiento revolucionario.

Félix Varela y Morales supo desde muy joven que su vocación no era la de perseguir grados militares, como hubiera soñado el abuelo, porque en defender  a los humildes había una batalla mucho más azarosa por librar.

No solo se esforzó en sus estudios para convertirse en Bachiller en Filosofía, Artes y Teología, o en su Licenciatura en Filosofía, sino luego cumplió con tal esmero su labor como maestro en el prestigioso Seminario de San Carlos y San Ambrosio, que preparó el primer laboratorio de Física y Química que tiene el país, con cajas galvánicas, tubos de ensayo, máquinas neumáticas, sistema planetario móvil y otros instrumentos para la experimentación.

Sus adelantados métodos de enseñanza para la época, hablaban de un profesor preocupado por el razonamiento individual y la capacidad de decisión de sus alumnos, un maestro que usó el idioma español en sus clases, abandonó el escolasticismo imperante y abrió el camino a la educación para todos. Ahí radicaba la magia de sus lecciones, ahí su cuidado porque otros también fueran capaces de pensar también en conceptos tan esenciales como el patriotismo.

Habló sobre la necesidad de extinguir la esclavitud, sobre responsabilidad civil e independencia. Sus ideas frente al poder absoluto lo separaron para siempre de la isla amada, pero hasta ella también logró volver a veces por medio de su periódico El Habanero y otras publicaciones.

Obligado al destierro vivió en Nueva York, Filadelfia y  la Florida, pero aunque fue reconocido por su labor religiosa, Varela parecía no encontrar el calor que solo había sentido en estas tierras. Murió el 25 de febrero de 1853, el mismo año que nacería otro maestro, José Martí, al que llegaría su pensamiento trasmitido por generaciones. Y es que incluso desde el exilio o desde la eternidad Félix Varela y Morales ya se había multiplicado en muchos hombres.

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