José Miguel Vázquez, una vida consagrada a la Radio cubana
Su voz nunca faltó en la radio matancera durante los últimos 54 años. La locución y el periodismo encontraron en su dedicación y profesionalidad asideros y empuje, pertenencia, defensa a ultranza y entrega.
Durante más de cinco décadas asistió a momentos cruciales de la historia, como miliciano en la custodia del pueblo durante la invasión mercenaria de Playa Girón o detrás del micrófono, como maestro de ceremonias en actos políticos de primer nivel en la provincia, culturales y de carácter oficial, transmisiones de radio y televisión. Siempre mantuvo su ética, compromiso e incondicionalidad como estandarte, por lo que mereció el respeto y admiración de colegas y oyentes.
José Miguel Vázquez, el Maestro de radialistas, el revolucionario cabal, el acertado locutor, el que defendió sin miramientos ni condiciones la necesidad de mantener a cualquier costo las conquistas sociales de la Revolución, dijo adiós este 31 de diciembre.
Su partida nos deja un poco desamparados a los que tanto aprendimos de quien se superó siempre hasta convertirse en el hombre de radio, el disciplinado y exigente trabajador de los medios de comunicación, el colega que siempre ayudó a los jóvenes que se iniciaban en las profesiones que ejerció con incuestionable convicción, a las que dedicó buena parte de su vida.
Mereció, entre otras, la orden Félix Elmuza, de la Unión de Periodistas de Cuba, la distinción Raúl Gómez García, del Sindicato de Trabajadores de la Cultura y el Micrófono de la Radio Cubana, los cuales, junto al reconocimiento del pueblo, dan fe de la constancia de su obra, de la consagración y la diáfana sonrisa con que se sentaba en la cabina, una pasión que lo acompañó hasta pocos días antes de su muerte.
Se consagró al arte de las palabras y nunca se le desprendió del cuerpo y el alma, siempre cerca de los jóvenes para brindarle el mayor de sus tesoros: la experiencia acumulada durante tantos años de oficio.
Vázquez fue el profesional que no tuvo reparos para ofrecer un consejo laboral o de vida, un trabajador que, con más de medio siglo preñándole la savia, conservó lozano el amor por el medio que lo cautivó desde el primer momento. No hay receta mejor para hacer bien la obra de la vida.
El último día del año 2024 nos dejó el sabor amargo de la pérdida, la ausencia de una voz que se nos hizo familiar y necesaria durante décadas en Radio 26, la lección de quien convirtió a la radio en hogar y fue consecuente con su compromiso y con esa máxima de entrega y permanencia hasta el último minuto de su vida.