Jovellanos: tambor y alma de la Cultura Cubana
La cultura cubana no sería lo que es sin el corazón afrocubano que late fuerte en este municipio. Y hoy, ese corazón se escucha en toda la Isla
Foto: Pacheco :
Hoy, en el Día de la Cultura Cubana, las calles de Jovellanos no solo celebran una fecha: celebran una identidad. Este municipio matancero, enclavado entre cañaverales y memorias, vibra con una energía que no se puede explicar, solo sentir. Porque en Jovellanos, la cultura no es un acto, es un pulso que late desde lo más profundo de sus raíces afrocubanas.
Desde temprano los tambores resonaron como si despertaran a los ancestros. La rumba se apodera de los portales, los niños bailan sin saber que están repitiendo gestos centenarios y los viejos sonríen, sabiendo que la historia sigue viva. Aquí, la herencia africana no es un capítulo del pasado, es el lenguaje cotidiano: en el ritmo, en la comida, en la espiritualidad.
Jovellanos es tierra de cabildos, de orishas, de sincretismo. Donde el toque de batá no es espectáculo, sino ceremonia. Donde el respeto por los mayores se mezcla con la reverencia por los espíritus. En cada esquina hay una historia que no está escrita, pero que se transmite con la mirada, con el canto, con el gesto.
Hoy, mientras Cuba entera celebra su cultura, Jovellanos la encarna. Porque si hay un lugar donde la cubanía se siente con piel morena, con voz profunda y con tambor sagrado, es aquí. No hay que buscar en libros ni museos: basta con sentarse en un banco del parque, escuchar una conversación o seguir el sonido de una clave que guía hacia un patio donde la rumba no ha dejado de sonar desde hace siglos.
En este Día de la Cultura Nacional, Jovellanos no recuerda quién es. Jovellanos lo afirma. Con orgullo, con ritmo, con alma. Porque la cultura cubana no sería lo que es sin el corazón afrocubano que late fuerte en este municipio. Y hoy, ese corazón se escucha en toda la Isla.
