Un «San Juan Murmurante» de valoraciones con el Conservador de la Ciudad (+fotos)
“Todos le debemos mucho a Matanzas”, expresó con su proverbial elocuencia Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad, invitado al espacio de promoción literaria y artística “San Juan Murmurante”, conducido por el poeta repentista Orismay Hernández, en el complejo cultural ARTEX en el Paseo Narváez.
Con su estilo transparente, que motiva la confección de los homenajeados, Orismay comenzó a indagar sobre los inicios de la profesión de Orozco, a quien conoció ya como profesor de Geografía del Instituto Superior Pedagógico “Juan Marinello”, a lo cual el entrevistado contestó que siguiendo los consejos de su padre, se hizo maestro e investigador, porque espeleólogo lo era desde que tenía 12 años cuando con un grupo de amigos incursionaban las cuevas del Estero y de las alturas de Simpson.
Con esos saberes, incrementados con estudios y exploraciones a lo largo de los años, empezó a fraguar en su mente la idea de que Matanzas, ante su riqueza natural, más su desarrollo urbanístico neoclásico y cultural, contara con una Oficina de Conservación, aspiración que se logró concretar en el 2014.
Orismay le pregunta entonces: ¿Y hoy, con esa posición privilegiada que tiene la Oficina, con ese edificio majestuoso, qué tan grande es el reto de sentir sobre sus hombros la responsabilidad de ser el Conservador de la Atenas de Cuba?
Orozco, con ese gesto decisivo que le caracteriza, respondió de inmediato que, aunque atendía a todos los que le requerían y trataba de encauzar en lo posible sus inquietudes, lo primordial era priorizar las líneas de trabajo principales de esta institución, por tanto resultaba necesario, con desatención quizás a otras cosas que quisiera tener en cuenta, una concentración hacia objetivos específicos que le competen sin excusas.
Y citó como ejemplo, una herramienta de trabajo que no todas las ciudades cubanas la poseen, solo La Habana, Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, que es el Plan Especial de Desarrollo Integral, esencial para la Oficina, para los habitantes de la urbe y fundamental para los decisores.
Agradeció para la concreción de los proyectos a los profesionales y trabajadores de la Oficina, a quienes se une el apoyo de la Escuela de Restauración Daniel Dall’aglio, en la conjunción de otros tres, relacionados con el sitio fundacional de primera iglesia, ubicada frente a la actual Catedral, donde se han rescatado más de 5 000 piezas y restaurado 60, que se exhibirán en una sala museo en la propia sede de la Oficina; también la labor de rescate de los edificios patrimoniales que funcionan en el presente como multifamiliares; y el inventario diagnóstico de cada inmueble de la ciudad.
A lo cual se añade la aspiración de lograr la declaratoria de Ciudad Creativa de la Literatura por la UNESCO, homenaje a nuestra tradición e historia literaria y a un acontecer contemporáneo, que se fusiona con el pasado y se ufana del presente.
“Esta ciudad recibe al visitante con un paisaje panorámico y es visible desde la orilla de la bahía hasta las alturas y desde allí hasta los confines del mar”, apuntó Orismay.
“Matanzas se califica de espectacular desde todos los ángulos. Es bella, dinámica y depende mucho de quienes la viven lo que ocurre en su interior”, señaló Pérez Orozco.
El anfitrión dio voz a la investigadora Olga Lidia González, quien se refirió a la faceta de coleccionista del invitado, posiblemente uno de los más importantes del país, y a su espíritu de colaboración continua con el museo Palacio de Junco.
Junto al numeroso público, estuvieron presentes Efrahím Pérez Izquierdo, director del Centro provincial del Libro y la Literatura; Elio Castro, gerente general de la Sucursal ARTEX; Agustina Ponce, directora de ediciones Vigía; Magaly Cárdenas, directora de la biblioteca provincial Gener y Del Monte; y Frank Santana, director del Centro de Promoción Literaria José Jacinto Milanés.
Como es habitual fueron entregados al homenajeado obsequios y reconocimientos; se disfrutó de la declamación de Claudia González y de la interpretación de estudiantes de la Escuela de Música de Matanzas y el poeta repentista Orismay Hernández cerró la cita con décimas improvisadas a partir de pues forzados, dedicadas especialmente al Conservador de la Ciudad.
“Orozco, la geografía
fue tu pasión inicial
y después, algo plural
movió tu sabiduría.
Fuiste a las cuevas un día
y entre gruta y barracón
hallaste una profesión,
porque el hombre que está aquí,
como ama el Yumurí,
ama la conservación.
“Orozco es un hombre raro.
anda por esta ciudad
disfrazado de otra edad,
con un pensamiento claro.
Va desde el Pan hasta el Faro,
de la Cumbre hasta la orilla
del mar y no se arrodilla,
porque al hombre que trabaja,
le lleva al tiempo ventaja
y engendra la maravilla…”