El enano que cambió las reglas de la MLB
Su entrada al mundo deportivo demuestra que ellos también pueden realizar hazañas y eliminar prejuicios y afrentas, de las que fueron víctimas mucho tiempo.

En el béisbol la historia recoge el caso insólito de la presencia de un enano en un equipo de las Grandes Ligas estadounidenses, ocurrido el día 19 de agosto de 1951 y que hizo cambiar los reglamentos de esos torneos.
Resulta que ese día Bill Veeck, gerente general de los Carmelitas de San Luis, perteneciente a la Liga Americana, tomó una decisión no prevista en los estatutos de la Major League Baseball, (MLB en sus siglas en inglés), al enviar como emergente al enano Eddie Gaedel.
Gaedel, de tres pies y siete pulgadas de estatura, vino en sustitución de Frank Saucier en el segundo choque del doble programado y con el número 1/8 (un octavo) en su espalda para ser más llamativo, ya que nunca en este deporte un pelotero portaba una cifra quebrada.
En ese memorable encuentro el zurdo Bob Cain, de los Tigres de Detroit, era el encargado de retirar al pequeño y Ed Hurley, el árbitro detrás del plato. Pero ante la expectativa de los fanáticos y de la prensa, el lanzador no pudo marcarle ningún “strike” y Gaedel fue tranquilamente hacia la primera base.
Hasta ahí llegó la posibilidad de que los enanos jugaran en el béisbol, ya que al siguiente día, por acuerdo del ejecutivo de la Liga, se prohibió la presencia de ellos en juegos oficiales.
Por suerte, la etapa en que relacionaban a estas personas con atracciones circenses pasó al olvido.
Gracias a su esfuerzo, estos pequeños gigantes se han ganado un sitio en el mundo como profesionales de respeto, artistas, intelectuales y trabajadores destacados y su entrada al mundo deportivo demuestra que ellos también pueden realizar hazañas y eliminar prejuicios y afrentas, de las que fueron víctimas mucho tiempo.