13 de febrero de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Éxitos musicales dedicados al béisbol matancero y sus jugadores

A pesar de los éxitos de los equipos Henequeneros y Citricultores en los primeros 30 años del béisbol revolucionario, con jugadores que escribieron páginas de glorias, no aparecen composiciones que se refieran a esos resultados.

El principal historiador del béisbol cubano, Roberto González Echevarría, señala en su libro La Gloria de Cuba, con mucha razón, que no es casual que el juego de pelota y el danzón hayan hecho acto de presencia en una época y un escenario geográfico similares. En su sentir: “Al igual que el béisbol, y quizás aún más que este deporte, la música cubana y la aparición del danzón desempeñaron un papel fundamental en la constitución de la conciencia nacional”.

Miguel Failde, creador de nuestro Baile Nacional y entusiasta amante del béisbol, tuvo la iniciativa de amenizar los encuentros escenificados en el Palmar de Junco u otros terrenos de la ciudad de Matanzas, creando un espectáculo cultural bien acogido por los asistentes a los juegos Ya cuando los equipos locales jugaban en la capital allá marchaba Miguelito con su orquesta.

A su inspiración debemos el primer danzón que dedicó al equipo de Matanzas, especialmente a su director, Enrique Meléndez Molina, titulado No se puede pedir más, estrenado el domingo 8 de octubre de 1893 en el terreno de la Quinta de Oña, donde jugaron los equipos Matanzas y Habana.

Es bueno aclarar que antes del estreno de ese danzón ofrecido a Meléndez, la pieza musical más antigua, posiblemente en Cuba, sobre béisbol, fue una marcha tocada en Matanzas en 1887, de la autoría del maestro Mazzorana, que llevaba por título Los beisboleros. Esta información apareció publicada en El Álbum, Semanario Ilustrado de
Matanzas, el 13 de noviembre del mencionado año.

Otro jugador muy popular por la década del 40 del siglo XX fue el jovellanense Alberto Marcial Hernández Gómez, conocido en el mundo deportivo como Sagüita, quien jugaba en el Habana y era un verdadero azote en las entradas finales en la Liga Profesional Cubana, especialmente frente al Almendares, por lo que los fanáticos azules lo apodaron como la Vaca Lechera, en alusión a la guaracha de moda entonces del músico y compositor Antonio Fernández (Ñico Saquito).

En 1947 el propio Ñico Saquito le dedicó el montuno Sagüita al bate, que interpretaron Balanza y su Ritmo, con su cantante Emilio López, grabado en la ciudad de New York por la disquera Ideal Récords. En Cuba la empresa Panart también hizo una grabación del tema, pero por el trío La Rosa.

El destacado músico Enrique Jorrín compuso a inicios de los años 50 del siglo pasado un cha cha chá inspirado en las hazañas del matancero Orestes Miñoso con el Marianao, de la Liga Profesional Cubana y el Chicago White Sox, de las Grandes Ligas estadounidenses.

El creador de este cubanísimo ritmo, en aquella época violinista de la Orquesta América, puso por título a la página musical Miñoso al bate, cuyo contagioso estribillo, “cuando Miñoso batea, verdad, la bola baila hasta el cha cha chá”, se hizo muy popular y llegó a convertirse en el himno de presentación del fenomenal jugador de Perico.

Algo después, en 1955, año de la famosa atrapada del también matancero Edmundo Amorós en el Yankee Stadium de New York sobre una conexión de Yogi Berra, creó el danzón cha, Amorós se la comió, como homenaje al ídolo del barrio de Pueblo Nuevo, de la ciudad yumurina.

A pesar de los éxitos de los equipos Henequeneros y Citricultores en los primeros 30 años del béisbol revolucionario, con jugadores que escribieron páginas de glorias, no aparecen composiciones que se refieran a esos resultados.

Cuando el despertar de los equipos matanceros a partir del año 2011, con los cambios que imprimió el explosivo Víctor Mesa, las ansias de la afición local por alcanzar el banderín de una Serie Nacional luego de 29 años de espera, provocaron el reencuentro histórico de la música y el béisbol, cuando decenas de intérpretes y grupos, hasta de otras
provincias, le cantaban a los Cocodrilos por las ondas de Radio 26.

De esa lista y según criterios del especialista David Zamora López pueden escogerse como los que más pegaron en el gusto de los oyentes los temas Matanzas pone la mesa, de Alfonsito Llorens; Los Cocodrilos, escrito e interpretado por José Canito y Cocodrilos campeones, por Héctor Daniel y su Constelación.

Quizás muchas otras páginas musicales fueron inspiradas en el béisbol de la provincia de Matanzas, pero las expuestas son las más divulgadas desde el siglo XIX.

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