Los restos de un palacio real de más de cuatro mil 500 años de antigüedad y un templo dedicado a Ningirsu, uno de los dioses sumerios más importantes, fueron descubiertos por un equipo de arqueólogos en Irak
Los restos de un palacio real de más de cuatro mil 500 años de antigüedad y un templo dedicado a Ningirsu, uno de los dioses sumerios más importantes, fueron descubiertos por un equipo de arqueólogos en Irak