Si hacemos oídos sordos y cambiamos la vista, la cotidianidad seguirá triturando a estas personas, pues, aunque duela reconocerlo, son una triste semilla que germinó y crece robusta.
Si hacemos oídos sordos y cambiamos la vista, la cotidianidad seguirá triturando a estas personas, pues, aunque duela reconocerlo, son una triste semilla que germinó y crece robusta.