Patria o Muerte, Venceremos: un grito de dignidad y soberanía
Desde la primera vez que la consigna Patria o Muerte, Venceremos emanó de las entrañas de la Isla, se hizo palpable la fuerza y determinación del pueblo cubano en defensa de su identidad nacional en contextos sociohistóricos donde el imperialismo y la hegemonía extranjera no han cejado en su empeño de arrebatarle su libertad.
La icónica expresión tuvo su origen el 5 de marzo de 1960 en el sepelio de las víctimas del sabotaje al vapor La Coubre, cuando el líder histórico Fidel Castro Ruz exhortó a respaldar la causa revolucionaria y estar dispuestos a luchar y ofrendar la vida por ella si fuese preciso. Nacía entonces el concepto de «Patria o Muerte».
Pero sería unos meses después, justo el 7 de junio de 1960, cuando en la magna cita del Primer Congreso de la Federación Nacional de Trabajadores de Barberías y Peluquerías, efectuado en el teatro de la Central de Trabajadores de Cuba, Fidel agregó el término «Venceremos» a la heroica frase, como expresión del espíritu indómito de la Isla, la certeza del triunfo ante cualquier desafío y, principalmente, la promesa de construir un futuro más justo y próspero sobre las cenizas del colonialismo y la injusticia social.
En ese escenario se ponderó el protagonismo de la mayor de las Antillas como primera trinchera de América y la confianza del pueblo en la victoria ante cualquier instancia que ose escamotear su prosperidad, autonomía y emancipación.
A lo largo de las décadas, Patria o Muerte, Venceremos ha simbolizado la firmeza de un pueblo en defensa de su modelo socialista y su soberanía frente a las presiones internacionales. Es un grito de resistencia ante los intentos de imponer el orden neoliberal y una prueba viva del carácter indomable de quienes han escrito su historia con el sudor y la dedicación de sus propias manos.
La consigna ha devenido desde entonces estandarte de cada discurso del Gobierno Revolucionario donde al Patria o Muerte del emisor, le sucede el enérgico Venceremos de quienes le escuchan y, a 64 años de su aparición, sigue gozando de una fuerte carga histórica y sociopolítica que sintetiza la firmeza del país ante los embates del imperialismo y la agresión extranjera, sobre la base de un alternativo proyecto de solidaridad y justicia social que sirve de ejemplo para el resto del mundo.
