Voló alto la música de concierto

Metáforas sonoras dentro de su magnitud musical devinieron las actuaciones de la Camerata José White y la Orquesta de Cuerdas de la Universidad de St. Thomas, de Minnesota, en un concierto de intercambio memorable.
Resultó el encuentro un obsequio para los matanceros y de mucho provecho para ambas agrupaciones, suceso acontecido en la Sala de Conciertos José White, de la ciudad de Matanzas.
Con respecto al programa, la Camerata interpretó tres obras del repertorio nacional cubano y puertoriqueño: El Manisero, de Moisés Simons: Cachita, de Rafael Hernández y La Samba Son, de Jeny Peña.
Por su parte, la orquesta de cuerdas de los universitarios de Minnesota ofreció, bajo la dirección del Doctor en Ciencias y Maestro Mathew George, obras del repertorio internacional, europeo y estadounidense.
En el programa se incluyó la actuación del profesor y guitarrista Cristopher Kachian, quien mostró su calidad junto a la orquesta al interpretar la obra Opus.2, de Haydn, para guitarra y cuerdas.
El público ovacionó a ambas agrupaciones, incrementada la emoción cuando como final se cohesionaron para
interpretar como homenaje al aniversario 190 del natalicio del gran violinista cubano José White, su emblemática pieza La bella cubana.
Al finalizar el concierto, el maestro Mathew George expresó a la prensa su satisfacción por este encuentro. Dijo que «a pesar de ser su segunda vez de visita en Cuba, era la primera que lograba conocer de primera mano a una orquesta como la Camerata matancera.»
Apuntó que «quedó impresionado por su capacidad de interpretación y acople.» Y agregó que «los universitarios habían quedado encantados con los jóvenes y el pueblo cubanos, por su amabilidad y gestos de amistad.»
Sobre la significación de este encuentro, señaló la musicóloga matancera, Doctora María Victoria Oliver: «Considero importante este nivel de intercambio, aunque los visitantes son universitarios y los nuestros de la Escuela Profesional de Música, más pequeños de edad, pero se mide un nivel de calidad, de información, de interacción musical desde el punto de vista académico, relevantes, sobre todo para el estudiante cubano que tiene poca movilidad en cuanto a poder contactar con este tipo de alumnado que está en proceso».
Vale distinguir los repertorios que se interpretaron. «Los de la Camerata José White escogieron piezas cubanas. La música cubana es muy difícil poderla realizar, poderla tocar, por las complejidades que posee en cuanto a su polirritmia.
«Y la de St. Tomás trajo música más cercana a su raiz. Ellos incorporaron temas ingleses, esos ritmos victorianos tan bellos; además tocaron la propia norteamericana, con los negros spirituals, esencia de cercanía con la nuestra, más otras melodías de gran belleza».
La musicóloga y pedagoga, Premio White de la UNEAC, resaltó: «Fue una intensa jornada entre ambas agrupaciones, mucho más con los ensayos para que pudieran interpretar de conjunto La bella cubana, bajo la batuta del maestro George. Constituyó un emocionante gesto el de cerrar el concierto tocando unidas esta pieza emblemática de White y de la Atenas de Cuba».