Pino del Agua II: otra victoria rebelde
El combate que, por segunda ocasión, protagonizaron los barbudos en el pequeño pueblo de Pino del Agua, constituye uno de los más notables episodios de la historia revolucionaria cubana.
Reconocido por nuestro Comandante en Jefe como un golpe de resonancia militar que consolidó el territorio rebelde en la Sierra Maestra, el combate que, por segunda ocasión, protagonizaron los barbudos en el pequeño pueblo de Pino del Agua, constituye uno de los más notables episodios de la historia revolucionaria cubana.
Si bien la zona estaba ocupada por las fuerzas batistianas, Fidel Castro y sus hombres se valieron de la inventiva para crear las denominadas bombas «Sputnik» o «M-26«, con las que a través del estupor y el miedo psicológico que implicaba su uso, lograron hostigar el poderío de un enemigo que les superaba en número.
Confluyeron en el campo de batalla aquel 16 de febrero de 1958, junto a los hermanos Castro Ruz, grandes artífices del Ejército Rebelde como Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida Bosque, Ramiro Valdés y Guillermo García, entre otros valientes que, tras un cruento y recio bregar, lograron desarticular la resistencia enemiga y desmoralizar la prepotencia de su cabecilla.
Desde 18 a 25 bajas y la ocupación de 33 fusiles, cinco ametralladoras y parque abundante fueron, según el Guerrillero Heroico, los principales perjuicios que los insurrectos propiciaron a la tiranía, que vio ralentizada su ofensiva y tiempo después halló, en los frentes Frank País y Mario Muñoz a dos briosos contendientes.
La segunda confrontación en Pino del Agua, resultó, sin dudas, un encarnizado, pero glorioso pasaje de la historia de Cuba, donde el ingenio táctico y la voluntad de lucha de la escuadra rebelde manifestaron la pujanza, sacrificio y grandeza de nuestro pueblo en su incesante anhelo de soberanía, emancipación y justicia.
