Un llamado a la dignidad humana

La celebración hoy 30 de julio del Día Mundial contra la Trata de Personas devino aliciente para aumentar la concientización de la población y en particular de los gobiernos en cuanto a esta grave problemática y su alarmante expansión a nivel mundial.
Se estima que aproximadamente el 30 por ciento de los afectados son niños en trabajos forzosos de condiciones laborales precarias, mientras el otro 70 por ciento, correspondiente a mujeres y niñas, sufre los embates de la explotación sexual desde muy temprana edad. Y si a ello se agregan los hechos delictivos, como la comercialización de órganos en el mercado negro o el tráfico de drogas, la incidencia de este flagelo se dispara considerablemente.
Por otro lado, la rapidez, alcance, rentabilidad y anonimato de Internet y el universo digital son percibidos como aciertos para los traficantes, quienes emplean la red de redes como escenario para descollar sus fechorías y, por consiguiente, reclutar, maltratar y someter a sus víctimas.
Al respecto, son diversas las iniciativas contra este flagelo. Sobresalen la campaña de sensibilización internacional Corazón Azul, impulsada por la ONU en 2008 y el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, que desde el año 2003 ha desarrollado una intensa labor contra esta problemática y que, entre muchos otros Estados, cuenta con el apoyo de Cuba.
Precisamente el artículo 66 de nuestra Carta Magna refrenda la prohibición del trabajo de las niñas, los niños y los adolescentes, a la vez que en la Isla se potencian la protección y equidad social, así como la seguridad ciudadana mediante la aplicación de programas para el empoderamiento de la mujer y el acceso gratuito a los servicios de salud, educación, cultura, deporte y recreación.
Asimismo, bajo la política de «tolerancia cero” se elaboró el Plan de Acción Nacional para la Prevención y Enfrentamiento de la Trata de Personas en Cuba y la Protección a las Víctimas, que constituye una herramienta fundamental en la actuación coordinada entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil cubana para el abordaje de este grave delito.
Además las autoridades de la mayor de las Antillas mantienen la cooperación e intercambio con la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), el sistema de las Naciones Unidas y demás organismos homólogos de países europeos y de la región, en aras de propiciar una mayor prevención y enfrentamiento a la trata de personas y teniéndose en cuenta que la atención especializada a las víctimas y a las personas con más vulnerabilidad continúa siendo prioridad para nuestro país.
Definitivamente, el Día Mundial contra la Trata de Personas resulta un reclamo humanitario que apela a la visualización, sensibilización, divulgación y realización de acciones para socavar este perjuicio y representa un gran avance de las naciones del orbe para materializar la dignidad plena de los hombres que nuestro José Martí tanto defendió.