El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía
El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra cada 17 de junio. Es una fecha establecida por la Organización de Naciones Unidas a fin de concientizar sobre la importancia de solucionar estos problemas.
La desertificación es el resultado de una permanente degradación de los suelos a causa de factores como la constante desforestación de los bosques, la salinización y la falta de agua. En la década de 1960 fue cuando comenzó a identificarse como un desafío ambiental.
Por su parte, la sequía es una anomalía del clima que sucede cuando los niveles del agua están muy por debajo de lo que corresponde en una determinada zona geográfica. La principal causa es la ausencia de precipitaciones.
Desde luego, estos fenómenos afectan a las especies que crecen y se desarrollan en áreas afectadas por ellos. Hoy representan un problema ecológico, pero también para el desarrollo socioeconómico, sobre todo para países o regiones en los que la producción agrícola constituye una de las principales actividades económicas.
Lo paradójico del asunto es que, en múltiples ocasiones, el origen de estos flagelos ambientales está en las actividades humanas. Con la desertificación sucede que algunos la enfocan como la expansión natural de desiertos existentes; pero en realidad se trata de la progresiva degradación de la tierra como consecuencia del sobrecultivo, el sobrepastoreo, la deforestación e, incluso, malas prácticas de riego. Incendios forestales, sobrecarga animal y empleo de tecnologías no apropiadas para determinados ecosistemas también son causas asociadas a la acción humana.
Fuentes especializadas coinciden en que todo ello se agrava con los efectos del cambio climático. Algunos lo conciben como un círculo vicioso: la degradación de la tierra conlleva a la pérdida de vegetación; con la pérdida de vegetación se reduce la capacidad del planeta para captar el dióxido de carbono atmosférico; lo cual, a su vez, empeora la crisis climática. De acuerdo con datos divulgados por autoridades del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, al menos 3 200 millones están afectadas por estos fenómenos.
Es una situación en la que se entrelazan factores biofísicos, ecológicos, sociales, culturales, económicos y políticos. Por tal razón, mucho puede hacerse desde los Estados e instituciones internacionales para revertir los que son hoy unas de las principales amenazas medioambientales.
Cubasí
