La historia del periodismo cubano acogió con orgullo a uno de sus más ilustres exponentes, Juan Gualberto Gómez Ferrer, definido por el Apóstol como su hermano mulato y bien recordado por su vasta cultura y magistral oratoria y por no dudar ni un segundo para, en el momento exacto, proscribir la pluma y unirse a la causa libertaria en la manigua.