Una alerta verde en plena temporada ciclónica (+audio)

La llegada del cinco de junio no pasa inadvertida en la agenda internacional: el Día Mundial del Medio Ambiente convoca, una vez más, a gobiernos, instituciones y ciudadanos a tomar conciencia sobre el estado de nuestra Casa Grande.
Establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, este día se ha convertido en el mayor evento global de sensibilización ambiental. En el caso cubano, la conmemoración adquiere un matiz particularmente urgente, al coincidir con los albores de la temporada ciclónica, un período marcado, en gran medida, por la amenaza de huracanes.
El calentamiento global, impulsado por la actividad humana y el uso intensivo de combustibles fósiles, ha alterado las condiciones atmosféricas y oceánicas a una escala preocupante. Las aguas del Atlántico tropical se calientan cada vez más temprano, y con ello, se incrementa la probabilidad de tormentas más intensas y destructivas.
Para un país insular como Cuba, donde la geografía multiplica la exposición al riesgo, el vínculo entre medio ambiente y supervivencia es tangible, inmediato y permanente.
Las intensas precipitaciones, la subida del nivel del mar y la erosión costera no son amenazas futuras: son realidades actuales que impactan la agricultura, el abastecimiento de agua, la infraestructura energética y la seguridad alimentaria. En ese sentido, el enfoque preventivo que ha caracterizado la respuesta cubana ante huracanes y demás fenómenos meteorológicos, internacionalmente reconocido por sus sistemas de alerta temprana y evacuación, ha de complementarse con la implementación de políticas más audaces y coordinadas, que integren ciencia, tecnología y participación comunitaria para hacer frente al deterioro ambiental y los embates del cambio climático.
A pesar de las dificultades, la mayor de las Antillas ha dado pasos significativos en esta dirección. Iniciativas como la Tarea Vida, impulsada en la Isla desde 2017 promueven criterios de adaptación climática en la planificación territorial, la recuperación de ecosistemas y la protección de zonas vulnerables. Sobre el tema, Iris Victoria Bolaños Dreke, especialista principal del Medio Ambiente en el yumurino municipio de Pedro Betancourt, refirió:
El Día Mundial del Medio Ambiente no puede reducirse a una fecha conmemorativa. En pleno arranque de la temporada de huracanes, constituye una advertencia y, al mismo tiempo, representa hoja de ruta. La protección del entorno no es un lujo para tiempos de bonanza, sino una condición básica para la supervivencia, un desafío al que, preparados y alertas, sabremos hacer frente.