Reinó la décima en el San Juan Murmurante de Héctor Luis y Orismay
Con un fresco rimar llegó el repentista y promotor de tradiciones campesinas Héctor Luis Alonso Carreño, al espacio “San Juan Murmurante”, en el complejo ARTEX de la calle Narváez, invitado por el poeta Orismay Hernández, en una cita mensual que cumple ya tres años de existencia.
Motivo ideal para que la décima se apropiara del recinto, por ser ambos, cultivadores de ese género, tan esencial para la cultura matancera, Tierra de relevante historia por contar con artistas de mérito por décadas y ahora con tenues fulgores en su presentación y continuidad, como expresara el propio Orismay.
Por eso la loa a Héctor Luis fue superior a sus numerosos lauros nacionales de improvisador, pues es el coordinador del único Taller de Niños Repentistas y de Instrumentos de Cuerdas afines al Guateque que existe actualmente en la provincia, a diferencia de su profusión en otros territorios del país, con menos recorrido en el auge de la espinela.
Como es natural en el “San Juan Murmurante”, evento auspiciado además por el Centro provincial del Libro y la Literatura, los presentes quisimos escuchar de la trayectoria del artista, la cual fue brotando con la magia que logra Orismay en su conversación con el invitado, a quien calificó como “su hermano en las lides del arte y la vida”.
Conocimos de sus inicios junto a un tío poeta y como fue insertando sus versos en comunidades al sur de la provincia hasta su consolidación, al radicarse en Pedro Betancourt, cuando conoció a su esposa, la periodista y poetisa Lianet Fundora.
Asimismo, Orismay resaltó el camino de ambos en la escena desde el 2002 y los premios de Héctor Luis, entre estos ser ganador del Concurso Nacional de Improvisadores “Justo Vega” y de certámenes en las jornadas cucalambeanas, en Las Tunas. El cultivador de la espinela leyó algunas de sus obras escritas.
Muchos creadores concurrieron al homenaje a Alonso Carreño. Le ofrecieron décimas en su honor: Cecilia Soto, Lázaro Miguel Amador y en especial, Ricardo Kiko González y su propia compañera, Lianet, de quien Orismay dijo que esta sería “la primera vez en público que una esposa le recitara a un repentista décimas de amor”.
La música fue un regalo en la voz del maestro y trovador Reynaldo Montalvo que interpretó una bella canción con versos del Indio Naborí, acompañado por dos de sus estudiantes de la Escuela Profesional de Arte yumurina.
Hubo entrega de reconocimientos por ARTEX, y por parte del pintor Alexander Medina, con sus acuarelas.
El cierre devino fluir de octosílabos entre Héctor Luis y Orismay, similar a la corriente del San Juan y su hechizo, a pocos pasos de este espacio mensual de promoción artístico literaria en Matanzas, cuna de poetas, músicos y pintores.