Preservar la capa de ozono: tarea de todos

La jornada también pondera los esfuerzos de los diferentes países del orbe en pos de reparar esta vital franja de gas protectora de los ecosistemas y la salud humana al reducir la incidencia de la radiación ultravioleta proveniente de los rayos solares en nuestro planeta.

Una vez fueron descubiertos los clorofluorocarbonos e hidroclorofluorocarbonos y el peligro que representaban estos químicos para la sanidad de la capa de ozono, fueron aprobados el Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal en los años 1985 y 1987, respectivamente, para, desde la cooperación global y el multilateralismo, disminuir los gases contaminantes y acelerar la curación de la capa de ozono.

Por ello y en honor al mencionado Protocolo de Montreal, la Asamblea de Naciones Unidas designó al decimosexto día de septiembre como el momento propicio para crear conciencia en la humanidad respecto a esta importante temática.

No solo se evitó que millones de personas contrajeran cáncer de piel o cataratas, sino que además se aseguró la supervivencia y prosperidad de numerosos ecosistemas y fueron ralentizados los embates del cambio climático.

Nuestro país destaca por su apoyo a estas iniciativas internacionales e incentiva a su población a redoblar las acciones para frenar el cambio climático y proteger la capa de ozono y el medio ambiente.

Sobresalen la creación de la Oficina Técnica del Ozono, encargada de la implementación de los acuerdos del Protocolo de Montreal en la Isla y el premio Ozono, que mereció el país en 2017 por parte de la Organización de Naciones Unidas.

Asimismo, la mayor de las Antillas potencia la eliminación de los clorofluorocarbonos presentes en la refrigeración doméstica, la fabricación de aerosoles farmacéuticos, la supresión del bromuro de metilo en la fumigación de semilleros, cultivos y viveros, entre muchas otras acciones enfocadas en la salud y seguridad de nuestra capa de ozono.