Primero de Mayo: el proletariado mundial de fiesta
Mientras el colorido desfile de banderas atesta las calles cubanas, la satisfacción brilla en los rostros de quienes ponderan el bienestar y progreso del país, y abrazan con júbilo la fiesta que cada Primero de Mayo agasaja al proletariado mundial.
La celebración tuvo sus orígenes a finales del siglo XIX, cuando en Estados Unidos se gestó un movimiento que abogó por la reducción de las largas y exhaustivas jornadas laborales a ocho horas diarias. A pesar de que el tema fue presentado en el IV Congreso de la Federación Americana del Trabajo en 1884, no se logró un consenso entre el gobierno y los empleadores.
Esta situación motivó a los obreros a luchar por sus derechos con una huelga general que materializaron el primero de mayo de 1886, cuando un gran número de trabajadores se congregó en las principales arterias de la ciudad de Chicago.
Sin embargo, a los múltiples despidos y concesiones provocados por la turba, se sumaron el cinismo mediático de la prensa burguesa contra las masas proletarias, la ferocidad de los patronos y la represión policial, cuya brutalidad provocó decenas de heridos y detenidos, y seis huelguistas perdieron la vida.
Días después, en repudio a la brutalidad con que se trató a los manifestantes, los líderes obreros convocaron a un mitin en Haymarket Square. La situación resultó en otro sangriento escenario, cuando la fuerza policial atacó nuevamente con disparos a la población.
Ocho agentes perdieron la vida, cientos de trabajadores fueron detenidos y, de estos, cinco terminaron siendo ejecutados injustamente en noviembre de 1887 y pasaron a la historia como héroes de la causa obrera internacional.
En el contexto antillano, una vez establecido el Gobierno Revolucionario, Fidel Castro Ruz instó a los trabajadores cubanos a rendir homenaje a los mártires de la Masacre de Chicago, así como al creciente espíritu de resistencia e incansable accionar de una Isla cuyo pueblo, siempre fiel al legado de sus antecesores, batalla cada día por su desarrollo social y económico, soberanía e independencia.
El Primero de Mayo representa, por tanto, una celebración del espíritu de lucha del proletariado mundial, honrando el pasado y fortaleciendo la unión entre los trabajadores de todas las naciones, en su búsqueda por un futuro más justo, equitativo y próspero.
