Batalla de Ideas: pilar fundamental de la Cuba contemporánea

Aquellas trincheras de ideas que José Martí enaltecía sobre las de piedras resplandecieron en los albores de diciembre de 1999 cuando el reclamo de un padre por el regreso de su hijo aglutinó a todo un país y sentó las bases para enarbolar una de las más significativas páginas de nuestra historia patria.
El secuestro del pequeño Elián González, quien escamoteado de los brazos de su progenitor arribó de milagro a aguas norteñas tras el naufragio de la embarcación donde ilegalmente viajaba, dio paso a siete meses de frenesís y tensiones políticas, marchas masivas y querellas revolucionarias, hasta que por fin logró volver a la nación.
Germinó entonces en la mayor de las Antillas la Batalla de Ideas, el movimiento popular más prolongado y multitudinario orquestado desde el triunfo de 1959, devenido cuna de más de un centenar de programas socioeconómicos encauzados hacia la educación, cultura, participación cívica y el desarrollo comunitario de la Isla a las puertas del nuevo siglo.
Orientadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, las nuevas generaciones habrían de reclamar al respecto la devolución de la Base Naval de Guantánamo, la paz mundial y la salvaguarda del medio ambiente y enfrentar las manifestaciones de las leyes de Ajuste Cubano, Torricelli y Helms-Burton, así como la guerra económica, la subversión y el terrorismo.
Y proyectos como Universidad para Todos, las Escuelas de Instructores de Arte, tribunas abiertas, el espacio televisivo Mesa Redonda, la proliferación de bibliotecas e instituciones educativas, así como el incremento de los medios audiovisuales, entre otras opciones, fueron impulsados por el Líder Histórico y continúan acrecentándose 24 años después, para hacer de la Batalla de Ideas un puente hacia la culturización de la sociedad y un estímulo a nuestra identidad nacional, independencia, soberanía, prosperidad y empoderamiento.